Venta, Casa rústica, Finestrat

Bienvenido a lo que posiblemente sea una de las propiedades más exclusivas de Finestrat: una villa icónica que ofrece no solo una vista al mar, sino una experiencia sensorial completa de lujo, espacio y brillantez arquitectónica.

Una casa de tres niveles diseñada para impresionar

800 m² construidos en una parcela de 1.200 m²
Espectacular sala de estar con techos altos de 4,3 metros: luz, espacio y elegancia en su máxima expresión
3 dormitorios con baño, todos con terraza privada e impresionantes vistas al mar
Ascensor que conecta los tres niveles para un flujo continuo

Desde cada habitación principal (sala de estar, dormitorios y terrazas) disfrutará de vistas ininterrumpidas del brillante Mediterráneo. Los amaneceres aquí son pura magia.

La tecnología se une a la comodidad

Sistema de hogar inteligente totalmente integrado, control de clima, iluminación, calefacción por suelo radiante y persianas con solo tocar un botón
Ventanas panorámicas de piso a techo con vidrio de protección solar para máxima visibilidad y comodidad.

Muebles italianos exclusivos hechos a mano de la colección Giorgio art deco en su forma más refinada
Cada elemento seleccionado a mano con elegancia, armonía y perfección en mente

Jardín privado con sistema de riego automático
Impresionante piscina de 73 m², ideal para relajarse o entretenerse
Iluminación perimetral: la propiedad sigue siendo tan impresionante por la noche como por el día

Espacio para todo y para todos

Garaje doble + 4 plazas de aparcamiento exteriores adicionales
Sótano totalmente funcional con trastero, lavadero y zonas técnicas

Ubicada en la ladera más codiciada de Finestrat, esta villa ofrece total tranquilidad, vistas inigualables y está a pocos minutos de Benidorm, campos de golf de campeonato, playas, tiendas y escuelas internacionales.

Esto no es solo una casa. Es una declaración. Un estilo de vida. Una obra maestra de la arquitectura para aquellos que exigen lo extraordinario.

Póngase en contacto con nosotros hoy mismo para una visita privada: hay que verla para creerla.
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