Venta, Casa adosada, Caldes d'Estrac

Vivir en Caldes d'Estrac es un privilegio. Ya lo sabían los primeros barceloneses que a finales del siglo XIX fueron los primeros en tener un chalet prudentemente alejado del bullicio de la ciudad. Y hoy se sigue disfrutando de esa calma y de un microclima delicioso, una tradición de virtudes donde en el año 2004 un reconocido arquitecto construyó su casa familiar, una extraordinaria y sorprendente propiedad.

El garaje está a nivel de calle. Es muy grande y cuenta con un baño con ducha, un anexo enorme donde se pueden aparcar más coches o montar cualquier actividad, como un estudio de grabación, un gran almacén, etc. Y también una pista reglamentaria de squash. Este nivel también cuenta con una bodega y una sala de máquinas donde está la caldera, el acumulador de agua caliente, etc.

Desde el mismo garaje también podemos acceder a la primera habitación, una sala muy grande que recibe la luz y ventilación de dos patios ingleses, donde se puede instalar una preciosa sala de cine, un gran despacho, etc. A continuación, subiendo un pequeño desnivel encontramos una habitación con baño y salida a una bonita terraza privada. Y un poco más arriba dos habitaciones simétricas, cada una con su baño y armarios.

En la planta principal encontramos a un lado la suite principal con baño, vestidor y una salida directa a la terraza de la piscina y al jardín. En el centro la zona de día, con el baño de cortesía, el precioso salón comedor con chimenea que se abre a la terraza de la piscina con vistas panorámicas al mar y a un horizonte cautivador. Y al otro lado la zona de la cocina, con salida por delante a la zona de la terraza porchada con una cubierta enrejada de forja donde está la barbacoa. Por detrás, la cocina tiene acceso al jardín por la zona donde se encuentra la zona de tender.

Cabe destacar la gran altura de los techos en la zona de día, el sofisticado pavimento de gres italiano, la independencia de las diferentes zonas de la casa y las preciosas vistas al mar.

La privacidad está plenamente conseguida, sabiendo que la casa vecina de un lado queda a una buena distancia y ni detrás ni al otro lado se puede construir, dejando las construcciones que hay más allá del otro lado de la calle claramente más abajo.